Apps de meditación y ansiedad: el caso de Calm y Headspace

7 de julio de 2025 por
Olivia Chava
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El crecimiento sostenido de las aplicaciones de meditación refleja una demanda creciente por gestionar el estrés y la ansiedad, aunque su eficacia depende del uso responsable y con expectativas realistas.



El interés por el bienestar emocional ha impulsado el uso de diversas herramientas digitales como las aplicaciones de meditación. En este contexto, Calm y Headspace se encuentran entre las más conocidas y descargadas a nivel global, debido a su amplia difusión y estrategias de suscripción.

Estas plataformas permiten realizar prácticas de atención plena, ejercicios de respiración, y meditaciones para poder tratar temas como el insomnio, la concentración o la gestión emocional. Su popularidad ha crecido en paralelo con el aumento de la ansiedad, especialmente tras la pandemia de COVID-19. De acuerdo con datos de un informe realizado por BigOhTech, ambas superaron los 200 millones de descargas combinadas y figuran entre las aplicaciones de salud más utilizadas.

Sin embargo, el uso de este tipo de aplicaciones plantea preguntas importantes sobre su eficacia real. Aunque algunos estudios sugieren que estas pueden contribuir a reducir el estrés si se emplean con constancia, no existe sustento científico alguno ni evidencia sobre la duración de sus efectos a largo plazo. Aparte, hay que tener en cuenta que su uso no reemplaza el acompañamiento profesional.

No cabe duda de que el mercado de las aplicaciones para el bienestar mental sigue en expansión, estimándose que llegará a generar más de 7 mil millones de dólares para el 2028. Calm, por ejemplo, registró ingresos por 7,7 millones de dólares solo en enero de 2024, mientras que Headspace alcanzó los 4 millones ese mismo mes. Este crecimiento responde no solo a la búsqueda de bienestar de las personas, sino también a una industria tecnológica que ha identificado un nicho rentable dentro del campo de la salud.

A pesar de su masificación, es necesario tener en cuenta que la meditación, por sí sola, no es una solución inmediata ni universal a los problemas de salud mental, y que, si bien esta sirve de mucha ayuda, la solución está en buscar ayuda profesional. El contenido ofrecido por estas apps varía en calidad, profundidad y enfoque, y su utilidad depende del perfil del usuario, su nivel de compromiso y las condiciones personales que atraviesa.

Calm y Headspace han adquirido visibilidad como referentes dentro del universo de aplicaciones de meditación, pero no deben asumirse como tratamientos terapéuticos. Su uso puede ser complementario, pero siempre bajo la orientación de profesionales de la salud mental. En un contexto donde la ansiedad y el estrés afectan a millones de personas, es clave promover una visión responsable del bienestar digital.

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