Las mujeres en Lima generan casi 16,000 toneladas de residuos en toallas higiénicas desechables al año. Estos productos tardan siglos en degradarse, agravando el problema de la basura y de la contaminación ambiental de la ciudad.
Lima, la capital del Perú, enfrenta una crisis ambiental significativa debido a la gestión inadecuada de residuos sólidos. En 2023, su población alcanzó los 10 millones 151 mil habitantes. Las mujeres son el 52.2% de ese total, aproximadamente 5 millones 301 mil. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas - Perú, la mayoría de ellas se encuentran en edad fértil (15 a 49 años), convirtiéndose en inconscientes causantes de un problema ambiental de gran magnitud por el inapropiado desecho de toallas higiénicas.
En Perú, la producción de residuos sólidos urbanos es un desafío creciente. Según el Ministerio del Ambiente (MINAM), en 2023 se generaron ocho millones 455 mil 615 toneladas de ese tipo de residuos en el país, lo que equivale a 23,166 toneladas diarias. Solo el 61.75% de ese total tiene como destino final los rellenos sanitarios y plantas de tratamiento. El resto termina en botaderos a cielo abierto, donde no reciben un tratamiento adecuado. Si bien no se han registrado estudios sobre la cantidad de residuos de toallas higiénicas que desechan las usuarias de ese producto, para este reportaje identificamos ciertos indicadores que permitieron determinar un número aproximado.
En nuestro país viven 8 millones 877 mil 924 mujeres en edad fértil, cada una de las cuales usa un aproximado de 300 toallas higiénicas al año, equivalente a unos 3 kg. El total de residuos es mayor a 26,633 toneladas de desechos al año.
Las toallas higiénicas desechables son una necesidad básica para las mujeres durante su ciclo menstrual. Sin embargo, su impacto ambiental es alarmante debido a que la mayoría está fabricada con múltiples capas de polietileno, plástico, rayón, algodón no ecológico y poliéster, componentes que pueden tardar hasta 800 años en descomponerse, lo que contribuye a la acumulación de residuos sólidos y a la contaminación del ambiente durante siglos, pues liberan microplásticos y tienen otros efectos.
El polietileno, un tipo de plástico, puede tardar entre 500 y 1,000 años en degradarse. La celulosa, aunque biodegradable, tarda entre dos y cinco años en condiciones naturales.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), las toallas higiénicas son el quinto contaminante de los océanos del mundo. Además de la vida marina, estos residuos también afectan los ríos, lagos y suelos, impactando negativamente la biodiversidad y la calidad del agua. Se han encontrado microplásticos provenientes de la descomposición de estos productos en el agua potable, en la cadena alimentaria y hasta en el aire que respiramos, lo que representa un riesgo para la salud humana y la fauna.
Pero no solo el producto final que se desecha y se convierte en microplásticos es un problema, sino también los químicos usados en las fábricas. Muchas veces, estas fábricas no cuentan con procesos adecuados para manejar los residuos, que terminan en los efluentes domésticos y, eventualmente, en los ríos y el mar, explicó la bióloga marina Rebeca Montero.
Según un informe de Women's Voices for the Earth, los productos químicos que contienen, como dioxinas, furanos, residuos de pesticidas y otros componentes peligrosos, pueden causar irritaciones en la piel y múltiples problemas de salud en las mujeres. También llevan polímeros súper absorbentes y productos químicos de fragancia desconocidos, que pueden tener efectos adversos tanto en la salud humana como en el medio ambiente.
Las dioxinas y los furanos son sustancias químicas que se producen durante ciertos procesos industriales, como el blanqueo de la pulpa de papel. Estos compuestos se generan en pequeñas cantidades durante esas actividades. Estas sustancias son altamente tóxicas y se han asociado con una serie de problemas de salud, incluyendo trastornos hormonales, problemas reproductivos y cáncer. Además, el contacto prolongado con los productos químicos en las toallas higiénicas puede causar irritaciones y alergias en la piel, especialmente en la zona genital, que es particularmente sensible.
Situación en otros países
A comparación de otros países, el manejo de residuos en Perú muestra grandes deficiencias. En Argentina, por ejemplo, si todas las mujeres en edad fértil usaran solo tampones, se generarían 130,257 toneladas de residuos anuales. En Lima, la falta de infraestructura adecuada para el tratamiento de residuos agrava el problema. Actualmente, el Perú cuenta con solo 77 rellenos sanitarios, mientras que existen más de 1,800 botaderos a cielo abierto.
En países como Suecia y Alemania, se han implementado políticas más estrictas para la gestión de residuos sólidos, promoviendo la separación de residuos en origen y el reciclaje. Además, se ha incentivado el uso de productos menstruales reutilizables como copas menstruales y toallas de tela, lo que ha reducido significativamente la cantidad de residuos generados.
Alternativas sostenibles
"Yo no recomiendo las toallas higiénicas ni los pañitos diarios, ya que en su base contienen plástico”, enfatizó la médica ginecóloga Diana Álvarez, quien explicó que “aunque este plástico ayuda a evitar las fugas y las manchas, también mantiene la humedad en la zona vulvar, lo que con el tiempo puede provocar infecciones”.
Mencionó la candidiasis como la más frecuente infección en las mujeres, de transmisión sexual y que puede desarrollarse debido a estas condiciones de humedad en la zona íntima.
Si consideramos que en Lima existen cinco millones 301 mil mujeres en edad fértil y que cada una utiliza 300 toallas higiénicas al año, esto resulta en la generación de 1,590 millones de toallas desechadas anualmente en la ciudad. Dado que cada toalla tarda entre 500 y 800 años en degradarse, la acumulación de estos desechos es exponencial.
Además, si cada toalla pesa aproximadamente 10 gramos, esto implica que Lima genera aproximadamente 15,903 toneladas de residuos de toallas higiénicas cada año. En un período de 10 años, esta cifra podría llegar a 159,030 toneladas, siempre y cuando no se implementen medidas para reducir el uso de productos menstruales desechables y altamente contaminantes.
El impacto ambiental de las toallas higiénicas desechables en Lima es alarmante debido a que los plásticos y otros materiales no biodegradables que componen las más de 15,903 toneladas de residuos arrojados a la basura persistirán en el ambiente durante siglos. Este problema se agrava por la falta de infraestructura adecuada para gestionar estos desechos, lo que contribuye significativamente a la contaminación de suelos, agua y aire de la ciudad.
Los desechos de toallas higiénicas en Lima es un problema grave que requiere atención urgente. La adopción de alternativas más sostenibles, junto con una mejor gestión de residuos, podría reducir significativamente la contaminación y mejorar la salud pública.
Al descomponerse los productos de higiene femenina en los botaderos municipales en zonas cercanas al mar expulsan microplásticos que la fuerza del viento los traslada al mar.
Elaborado por: Eva Pretell, Olivia Chava, Lizeth Zegarra, Daniella Regalado, Paola Guzmán