"Pescar en el futuro Chancay"

12 de diciembre de 2024 por
Olivia Chava
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Mientras el megapuerto de Chancay avanza, Víctor Tarazona, pescador de orilla, reflexiona si la pesca artesanal podrá resistir los cambios que trae el 'progreso'

A las 9 de la mañana, el cielo de Chancay todavía estaba cubierto de nubes , llegamos al puerto para encontrarme con Víctor Tarazona Sotelo, un pescador artesanal que ha dedicado toda su vida al mar. “Mi familia ha sido pescadora por generaciones. Esto es lo que sabemos hacer”, dice mientras nos subimos a una pequeña lancha para recorrer la costa.

Desde el inicio, Víctor deja claro que la pesca artesanal es mucho más que un trabajo: es una tradición que está enfrentando desafíos como nunca antes. “Antes, el mar nos daba de todo, pero ahora con la construcción del puerto, las cosas han cambiado. El ruido aleja a los peces, y especies como la lisa, el pejerrey o la corvina ya no se acercan tanto a la costa”, comenta mientras señala las zonas afectadas.

El megaproyecto portuario de Chancay, liderado por la empresa estatal china Cosco Shipping, está transformando la costa peruana. Con una inversión de 3.400 millones de dólares, el proyecto contempla la construcción de 15 muelles, oficinas logísticas y un túnel de dos kilómetros para facilitar la salida de carga. Promete ser el mayor puerto comercial de Sudamérica, pero para pescadores como Víctor, este “progreso” trae incertidumbre. Ya estamos viendo daños económicos”, asegura.


“Nos afecta en todo. Los embarcados tienen problemas para entrar y salir del puerto, y nosotros los no embarcados sentimos que cada vez hay menos pesca cerca de las orillas. 

 Victor Tarazona • Pescador atesanal

Víctor no utiliza una embarcación grande ni redes masivas. Su método es distinto: pesca desde tierra utilizando un Jeep 4x4 para recorrer zonas desérticas y capturar las especies más cercanas a la costa. “Recorro entre 70 y 80 kilómetros diarios, ida y vuelta. Usamos redes y espineles para pescar lenguado, lisa y pejerrey. Dependemos de las temporadas: la lisa se acerca más a la costa en verano, mientras que otras especies son más difíciles de encontrar”, explica con la tranquilidad de quien conoce cada rincón del litoral de Chancay.

Las jornadas son largas, especialmente cuando pesca de noche, que es cuando los peces están más activos. “Dedico unas cinco horas solo a la pesca, sin contar el tiempo de viaje. Todo el pescado lo llevamos a mercados de Huaral o, si es poca cantidad, lo vendemos directamente en chacras. Nada se desperdicia”, afirma Victor.

Sin embargo, las ganancias son variables. “En un buen día podemos capturar 20 o 30 kilos de pescado y ganar hasta 600 soles, pero hay que descontar gastos como combustible y mantenimiento de los aparejos. No siempre queda mucho”, dice. Además, recuerda el impacto del derrame de petróleo que hace unos años los obligó a buscar nuevas rutas. “Fuimos al sur, a Paracas, y al norte, pero todo era más caro: el transporte, las herramientas, la refrigeración. Fue un golpe fuerte”, comenta.

El megaproyecto portuario es ahora su mayor preocupación. “Esto va a empeorar. Si no se implementan criaderos como en Europa, la pesca artesanal no será sostenible. Además, no hay fiscalización de la empresa. Nos sentimos desprotegidos”, comenta Victor mientras nos aproximamos a la infraestructura del megapuerto.

Mientras la lancha regresa al muelle, Víctor señala el espacio que antes ocupaban las aves migratorias, y que ahora está ocupado por maquinarias excavadoras. "Cuando la anchoveta llega, todas las aves migratorias descansan aquí, pero ahora no hay nada", comenta, mostrando su preocupación. "Ahora le pertenece al megapuerto", añadió. 


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