Perú en el top 10 de América Latina en el sector pesquero, pero la pesca sostenible no llega al 1% del PBI

12 de diciembre de 2024 por
Olivia Chava
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A pesar de ser líder en la pesca mundial, Perú enfrenta retos para adoptar prácticas sostenibles. En 2023, capturó 7,7 millones de toneladas de pescado, pero la pesca sostenible solo representa el 0,3% de su PBI. 

El mar peruano es un pilar estratégico de la economía nacional y un recurso vital para la seguridad alimentaria. Reconocido como uno de los ecosistemas más ricos y diversos del mundo, su productividad sustenta a más de 250 mil familias que dependen directamente de la pesca, tanto industrial como artesanal.  Además, la pesca tiene un impacto económico clave, no solo por su contribución al PBI, sino también por su aporte en las exportaciones y la generación de empleo. 

Sin embargo, la actividad pesquera sostenible tiene una representatividad muy baja, lo que pone en riesgo las economías familiares y aportes a la economía nacional.

La pesca como actividad fundamental

En 2019, la pesca en Perú cayó un -25.9%, lo que afectó al PBI primario, que también bajó un -1.3%. Esto se debió principalmente a que había menos anchoveta disponible, un recurso clave para la industria pesquera. Esta caída también tuvo un impacto negativo en el crecimiento económico, ya que la pesca restó -0.1% al PBI total.

Aunque en 2018 la pesca había crecido un impresionante 47.7%, los resultados de 2019 muestran lo vulnerable que es este sector cuando depende de la anchoveta.

En 2023, el sector pesca tuvo una caída muy fuerte del -21.2%, posiblemente debido a problemas como el Fenómeno El Niño o restricciones en la pesca. Para 2024 y 2025, se espera una recuperación con crecimientos del 4.5% en el primer semestre de 2024 y del 3.5% anual en ambos años. Esto indica que el sector podría mejorar poco a poco gracias a mejores condiciones climáticas y políticas que favorezcan la actividad pesquera.



De acuerdo al informe emitido por el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico, la pesca sostenible en Perú aporta menos del 1 % al PBI. En 2019, su contribución fue solo del 0.17 %, mucho menor que el 0.50 % registrado en 2011. 

Sin embargo, la sobreexplotación de recursos, los desafíos climáticos y las fluctuaciones de precios ponen en riesgo la sostenibilidad y la rentabilidad del sector.  Este año (2024), 30 investigadores publicaron el artículo titulado ´"Replantear la sostenibilidad de las pesquerías marinas en un planeta en cambio rápido" en npj Ocean Sustainability. El artículo, propone dos principios y acciones, denominadas "reglas de oro", para detener la destrucción del océano por la pesca y restaurar las poblaciones de peces.

El primer principio busca regenerar la salud del océano, minimizando el impacto de la pesca, adaptándose al cambio climático y asegurando la regeneración de los ecosistemas marinos. El segundo aboga por priorizar el bienestar humano sobre las ganancias económicas de la industria pesquera, enfocándose en mejorar la salud y las condiciones de las comunidades más vulnerables.

Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el 31 % de las poblaciones de peces en el Perú están sobreexplotadas, lo que amenaza tanto la biodiversidad marina como el ecosistema marino.

La pesca en el Perú es una actividad económica clave gracias a la riqueza de la Corriente de Humboldt, que ofrece abundantes recursos marinos. Sin embargo, las pesquerías marinas se ven afectadas por la sobrepesca y la falta de regulación adecuada, lo que constituye una amenaza para la sostenibilidad de la industria pesquera


La pesca ilegal puede sobreextraer los recursos, afectando la disponibilidad de productos para el sector formal". Esta problemática, sumada a la sobrepesca y la falta de regulaciones efectivas, pone en riesgo no solo a las economías familiares que dependen de la pesca, sino también a la biodiversidad marina.

 Paola Herrera • Economista-IPE



La pesca ilegal puede sobreextraer los recursos, afectando la disponibilidad de productos para el sector formal". Esta problemática, sumada a la sobrepesca y la falta de regulaciones efectivas, pone en riesgo no solo a las economías familiares que dependen de la pesca, sino también a la biodiversidad marina, señaló la economista, Paola Herrera.

Consumo de peces

El volumen de captura en Perú es impresionante. En 2022, se desembarcaron 5.4 millones de toneladas métricas (TM) de recursos hidrobiológicos, consolidando al país como líder mundial en la pesca de especies como la anchoveta. De este total, el 74% se destinó a la producción de harina y aceite de pescado, insumos esenciales para la industria global de alimentos balanceados.

Consumo per cápita de pescado

Perú también lidera en consumo de pescado en América Latina. De acuerdo al Compendio Estadístico Perú 2023 del INEI, encabeza con un promedio que oscila entre 24.8 kg y 27.4 kg per cápita anual entre 2019 y 2022. 

Especies más consumidas por los peruanos


Según el Anuario Estadístico Pesquero y Acuícola 2023 del Ministerio de la Producción, los recursos pesqueros más consumidos en el Perú en 2023 fueron el jurel, bonito, atún y caballa. En cuanto a los precios promedio de los productos hidrobiológicos, se observó una variación en varios de ellos a lo largo del año.

La alta demanda pesquera en Perú ha dado lugar a malas prácticas, como la extracción ilegal de recursos, la pesca en veda y la suplantación de embarcaciones, lo que afecta a los ecosistemas marinos y a las comunidades locales. Estas infracciones, presentes en las pesquerías de perico, pota y anchoveta, contribuyen a la sobreexplotación de los recursos y ponen en peligro la regeneración de las poblaciones de peces. Además, el manejo inadecuado de residuos y efluentes deteriora la calidad del agua y los hábitats marinos, según el Ministerio de la Producción en 2023.

Índice de sostenibilidad ecosistémica en los métodos de pesca



Pérdidas económicas por descarte de pescado

El descarte de pescado, especialmente de especies como la anchoveta, es un problema significativo en la pesca peruana, debido a prácticas como la pesca de juveniles y la no declaración de capturas. Según el Reporte Coyuntural del Sector Pesca y Acuicultura de marzo de 2024, el descarte total alcanzó las 800 toneladas métricas, lo que representa el 0,92% de la captura total de 87.000 TM. Este descarte es especialmente problemático en las zonas donde se prohíbe la pesca durante la veda reproductiva y donde los cardúmenes dispersos incluyen una gran cantidad de juveniles, lo que incrementa la cantidad de pescado descartado. 

En 2024, el valor del desembarque pesquero en Perú fue de S/ 181.4 millones, pero las pérdidas económicas derivadas del descarte de 800 TM de pescado se estiman en alrededor de S/ 1.67 millones. Este cálculo se basa en el precio promedio de S/ 2,086.21 por tonelada métrica de pescado. Además de las pérdidas económicas directas, el descarte también tiene un costo ambiental significativo, al contribuir a la contaminación de los ecosistemas marinos.

El gobierno debería invertir en investigación sobre cómo utilizar los residuos y en cómo mejorar el acceso a los mercados. Por ejemplo, no sirve de nada descubrir que la sanguaza (el agua residual del procesamiento de peces como la anchoveta) tiene potencial como fertilizante si, al final, no hay un mercado para ese producto.

 Miguel Valderrama • Biólogo marino


Bahía El Ferrol de Chimbote

Según reportes de muelle Gildemeister y Municipales, las embarcaciones pesqueras en la Bahía El Ferrol de Chimbote generan un promedio de 0,92 kg diarios de residuos sólidos por cada barco, lo que equivale a 6,47 toneladas anuales por toda la flota evaluada. Estos residuos incluyen plásticos y aceites, que contribuyen significativamente a la contaminación marina. En términos de volumen, los desechos alcanzan un total anual de 421,44 m³. 

Según el artículo "Residuos de pescado: Impacto ambiental y utilización" de Marina Arteaga, Diana Merchán, Lucía Mendoza y Marcia Ochoa, publicado en Pro Sciences , el descarte de pescado, especialmente la captura incidental, tiene efectos devastadores sobre los ecosistemas marinos. La pesca incidental reduce las poblaciones de especies clave, lo que genera una disminución de la biodiversidad y altera las cadenas alimentarias marinas. Un informe de Oceana (2023) destaca que en las pesquerías de jurel y caballa, se ha identificado un nivel de riesgo elevado en la pesca incidental, con un porcentaje de captura de juveniles y especies acompañantes que excede los límites permitidos. El informe presenta en términos de niveles de riesgo (RV) sobre diversas pesquerías y actividades. 

  1. Pesquerías de pota, perico y anchoveta : Las pesquerías de pota, perico y anchoveta para consumo humano tienen niveles de riesgo (RV) alto (RV=10) en actividades como la extracción sin permisos de pesca y la suplantación de la identificación de las embarcaciones. .
  2. Pesquería de perico artesanal : Esta pesquería mostró una alta vulnerabilidad (RV=11) debido a la extracción de recursos sin permisos, la pesca en periodos de veda, y la suplantación de identificaciones de embarcaciones. Además, los niveles de riesgo en actividades de prevención de emergencias ambientales también fueron altos (RV=10) .
  3. Pesquería de anchoveta : La pesca de anchoveta para consumo humano directo mostró un nivel medio (RV=7-8) en actividades relacionadas con la pesca incidental de juveniles y especies acompañantes, así como con la suplantación de embarcaciones.

La sostenibilidad en la pesca no solo se centra en preservar las especies marinas, sino también en garantizar que las comunidades pesqueras tengan una estabilidad económica. Sobre esto, el biólogo marino Miguel Valderrama explica:


La sostenibilidad también implica asegurar la viabilidad económica de las actividades, lo cual es crucial para los pescadores. Por ejemplo, al aprovechar especies que no son el objetivo principal de su pesca pero que tienen valor comercial, los pescadores pueden generar ingresos adicionales. Esto diversifica sus fuentes de ingreso y mejora su rentabilidad.

 Miguel Valderrama • Biólogo marino


ANCHOVETA

La anchoveta es una de las especies más sobreexplotadas del mar peruano. A pesar de que representa más del 70% del total de la pesca en el Perú, la sobrepesca ha puesto en riesgo su futuro a largo plazo. En 2022, se capturaron más de 5.4 millones de toneladas métricas de recursos hidrobiológicos, de las cuales aproximadamente el 75% correspondieron a especies como la anchoveta​. Esta sobreexplotación, sumada a los efectos de fenómenos climáticos como El Niño y el calentamiento global, afecta no solo la biomasa de la anchoveta, sino también las poblaciones de otras especies marinas que dependen de ella en la cadena alimentaria.

La anchoveta peruana ( Engraulis ringens ) es fundamental para la economía nacional, especialmente en el consumo humano indirecto (CHI), donde se procesa industrialmente en productos como harina y aceite de pescado para exportación. En 2023, el desembarque de anchoveta alcanzó las 3.909.423 toneladas métricas (TM), consolidándose como el recurso hidrobiológico más importante del país, según el Anuario Estadístico Pesquero y Acuícola. Sin embargo, este sector enfrenta graves desafíos, como el descarte de menores y la pesca no declarada.

Ramón Alejos Delgado, quien lleva más de 30 años trabajando en la pesca industrial en Chiclayo , comenta sobre las regulaciones que afectan a los pescadores:


La anchoveta, todo tiene vigilancia satelital, reporta el tamaño y todo. La talla mínima que tenemos permitido es de 12 hacia arriba. Hay excepciones, podemos traer de 10, 11 o 12 cm. La tecnología que usamos ayuda a que no tengamos tanto descarte. Ahora tenemos vigilancia satelital, el dispositivo te indica las zonas de veda.

 Ramón Alejos • Pescador industrial


Entre 2019 y 2023, los descartes de anchoveta oscilaron entre 10.681 TM y 23.161 TM. Prácticas ilegales como el high-grading —donde se descartan menores para priorizar peces de mayor tamaño— y la manipulación de cuotas a través de sobornos y alteraciones de pesajes han sido señaladas por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA). Ante esta situación, el Instituto del Mar del Perú (IMARPE) ha recomendado reforzar la vigilancia y proteger los ejemplares juveniles para garantizar la sostenibilidad de la especie.

Además, el calentamiento de los océanos, que han absorbido el 93% del exceso de calor generado por actividades humanas en los últimos 50 años, según la UNESCO, está alterando las corrientes marinas y la distribución de las especies, agravando la crisis. En respuesta, el Ministerio de la Producción suspendió en junio de 2024 la primera temporada de pesca de anchoveta, evidenciando la urgencia de implementar medidas de conservación.

Regiones como La Libertad, Lima y Ancash concentran la mayor actividad industrial, mientras Piura lidera la pesca artesanal. En el segundo trimestre de 2024, el sector pesquero creció un 184,2%, impulsado por la reanudación de la captura de anchoveta en la zona centro-norte, con un desembarque de 2.444 TM (98,7% de la cuota asignada). Asimismo, especies como bonito, concha de abanico, merluza y perico contribuyeron al aumento en el consumo humano directo, según el Banco Central de Reserva del Perú.

Las fluctuaciones en la pesca industrial son una realidad para Ramón Alejos y otros trabajadores del sector. Aunque el trabajo en la pesca les permite ganar un promedio de 3,000 soles mensuales, las vedas periódicas y las limitaciones del sector afectan su estabilidad económica, obligándolos a buscar ingresos adicionales durante esos períodos.


En un mes puedes ganar 3 mil soles aproximadamente, pero ahora todo está en veda, y cuando pasa eso, algunos salen a taxear, a vender algunas cositas. Eso en pescadores industriales, porque los pescadores industriales solo trabajamos 2 veces al año

 Ramón Alejos • Pescador industrial
Pesca artesanal

La pesca artesanal en Perú, esencial para la subsistencia de miles de familias, enfrenta una crisis económica y social agudizada en los últimos años. Este sector, compuesto por pescadores que emplean técnicas tradicionales y pequeñas embarcaciones, padece los estratos de la informalidad, la insuficiencia de ingresos y la pobreza generalizada.

Según PRODUCE, en 2022, la inflación impactó severamente a los pescadores artesanales. Mientras los precios de la canasta básica familiar aumentaron un 20.4%, pasando de S/804 en 2021 a S/968 en 2022, los ingresos de los pescadores no lograron mantener el ritmo. Esto obligó a destinar el 67.7% de sus ingresos a la alimentación básica, 11.8 puntos porcentuales más que en 2021. Esta situación refleja la creciente dificultad de las familias para cubrir necesidades esenciales como vivienda, salud y educación.

La dinámica económica de la pesca industrial ofrece un contraste significativo con la pesca artesanal, especialmente en términos de ingresos y oportunidades. Como explica Hamilton Aguirre, economista especializado en el sector pesquero:


En la pesca industrial, los pescadores son socios de los dueños de embarcaciones porque así lo establece la ley de pesca. Ellos reciben entre el 18% y el 22.4% de la venta de lo capturado, y ese porcentaje se reparte como participación por cada labor realizada en la embarcación. Este sistema les permite acceder a precios que generan ingresos significativamente mayores que los de los pescadores artesanales.

Hamilton Aguirre  • Economista especializado en el sector pesquero



La pobreza golpea especialmente a las regiones con mayor población de pescadores artesanales, como Piura, Loreto y Puno. En estas áreas, los niveles de pobreza superan el promedio nacional, alcanzando hasta un 44.3% en Cajamarca.

En el sector pesquero, la precariedad laboral no solo afecta la calidad de vida de los pescadores artesanales, sino también la sostenibilidad de los recursos y la estabilidad económica del país. Sobre esta problemática, Hamilton Aguirre, economista especializado en el sector, señala:

Las condiciones laborales de los pescadores influyen directamente en la rentabilidad del sector pesquero y en la sostenibilidad del recurso. El pescador artesanal, como cualquier emprendedor peruano, vive al día, buscando resolver para subsistir."

La informalidad es otro desafío crítico. Según el INEI, el 84% de los trabajadores pesqueros opera sin acceso a derechos laborales o protección social, siendo la pesca artesanal el subsector más afectado. Esta precariedad laboral, sumada a las condiciones adversas del trabajo en el mar, como lesiones frecuentes y falta de equipos de seguridad, exponen a los pescadores a riesgos constantes y reducen su calidad de vida. El pescador artesanal, Victor Tarazona, que los ingreso depende de la cantidad de pesca, las especies capturadas y la demanda del mercado.


Si calculamos los costos, entre el gasto en transporte, hielo para conservar el pescado y otros insumos, normalmente podemos ganar hasta 600 soles en un buen día

 Victor Tarazona • Pescador artesanal de orilla


A esto se suma el impacto de la descarga de recursos hidrobiológicos, que limita la disponibilidad de especies clave y afecta la sostenibilidad de su actividad. Con una pesca artesanal sobredimensionada, pero tecnológicamente precaria, según el Banco Interamericano de Desarrollo, la falta de políticas efectivas pone en jaque a un sector que sostiene gran parte de la economía y cultura costera del país.

Impacto del megapuerto de Chancay

En Chancay, los pescadores artesanales como Víctor Tarazona enfrentan desafíos que dependen en gran medida de las condiciones estacionales y las especies disponibles. La pesca de especies como el lenguado y la lisa fluctúa, y la variabilidad en la captura obliga a los pescadores a adaptarse constantemente a los ciclos naturales de la fauna marina.

Victor Tarazona Sotelo, pescador artesanal no embarcado de Chancay, explica las dificultades de la pesca por tierra: 

La cantidad de pesca es variable, realizamos una pesca de 20 a 30 kg de combinación, 15 a 20 kg de lenguado. También depende de la temporada de la especie, la lisa cuando se aproxima más a la costa a partir de noviembre y nos facilita la pesca, al igual que el pejerrey.

El puerto pesquero de Chancay, que por años mantuvo la economía local, enfrenta cambios que afectan la actividad de los pescadores artesanales. En 2012, el censo registró 406 pescadores, y aunque se estima que esta cifra ha crecido hasta cerca de 1.300, no hay datos actualizados que lo confirmen.

La preocupación por los impactos de la contaminación y el ruido en las zonas pesqueras de Chancay se comienza a visualizar. Víctor Tarazona alerta sobre los efectos negativos que el ruido que las nuevas construcciones tienen sobre la pesca, especialmente en especies clave como la corvina y el pejerrey, dificultando también el trabajo de los pescadores embarcados.

Esto afectará al mar y la pesca, porque el ruido que emanan perjudica a la pesca, ya que aleja a las especies, como la corvina, pejerrey y la lisa. Los embarcados también tienen problemas para entrar y salir con sus botes.

A pesar de generar ingresos importantes en años recientes (4.4 millones de soles en 2020, según el Ministerio de la Producción), la pesca artesanal ha perdido fuerza. Las embarcaciones pequeñas se concentran cerca de la orilla, ya que una parte del área de pesca ahora es inaccesible debido a la construcción del megapuerto de Chancay. Este proyecto, clave para el comercio nacional, ha traído consigo problemas para la población local, como las alteraciones de corrientes marinas que provocaron la desaparición de la playa Chorrillos, según Miriam Arce, representante de la comunidad.

Además, la construcción afecta al Humedal de Santa Rosa, un ecosistema que alberga más de 100 especies de aves, según CEPLAN. Arce señala que el estudio de impacto ambiental no demostró adecuadamente los daños a los recursos naturales ni a la población. Los vecinos tampoco han recibido compensaciones por estas afectaciones.

La comunidad también percibe que los beneficios económicos del megapuerto no llegan a las familias de Chancay, agravando su descontento. 

Ancón: Impacto y desafíos compartidos

Al igual que Chancay, Ancón ha sido testigo de importantes transformaciones económicas y ambientales. Aunque la región no cuenta con el mismo nivel de infraestructura industrial que Chancay, el reciente derrame de petróleo de Repsol ocurrido el 15 de enero del 2022, ha afectado gravemente la pesca artesanal en la zona, paralizando la actividad y afectando a los pescadores. El derrame ha sido un golpe duro para la comunidad pesquera, que ya enfrenta una reducción de ingresos significativa debido a las restricciones de acceso al mar, un aspecto que también comparten los pescadores de Chancay, ante la posible sobreexplotación de recursos con el crecimiento del puerto.

El derrame de petróleo también incrementó los costos de extracción de los pescadores artesanales, comenta Victor Tarazona, se vio obligado a movilizarse a otras zonas en busca de recursos marinos debido a la contaminación. 

En términos de impacto económico, Ancón registró más de S/. 5 millones en ingresos anuales por desembarques costeros entre 2016 y 2019, con un número estimado de 521 pescadores afectados. Sin embargo, la paralización de la pesca por el derrame ha reducido drásticamente estos ingresos, lo que resalta las vulnerabilidades de las comunidades pesqueras ante eventos imprevistos. La comparación con Chancay subraya que, aunque ambos lugares dependen de los recursos marinos para su economía local, los desafíos ambientales y estructurales son comunes, desde la posible contaminación hasta la alteración de los ecosistemas debido al aumento de la actividad industrial y el cambio climático.

Sostenibilidad económica

La pesca artesanal enfrenta desafíos económicos y sociales significativos, pero también ofrece oportunidades para avanzar hacia un modelo más sostenible que beneficia tanto a las comunidades locales como al medio ambiente.

Perú, con una puntuación de 45,2 en el Índice de Desempeño Ambiental (EPI), ocupa el puesto 11 a nivel mundial en pesca y el tercero en América Latina. Sin embargo, la sostenibilidad económica del sector requiere esfuerzos para superar los problemas actuales, como la pesca ilegal y la informalidad, que afectan el desarrollo integral de las comunidades pesqueras.

La contaminación marina, que crece a un ritmo del 4% anual y amenaza la biodiversidad, subraya la urgencia de adoptar prácticas sostenibles. La pesca responsable, que evita métodos destructivos como el arrastre, es fundamental para garantizar la reproducción de las especies y la salud de los ecosistemas.

Finalmente, el sector pesquero de Perú enfrenta varias problemáticas, donde la sobreexplotación de recursos, la pesca ilegal y las amenazas climáticas comprometen tanto la sostenibilidad de los ecosistemas marinos como la estabilidad económica de miles de familias. A pesar de su relevancia para la economía nacional, especialmente en la pesca de anchoveta, las deficiencias en la regulación y las malas prácticas de pesca siguen siendo obstáculos fundamentales para lograr una verdadera sostenibilidad económica de este sector.


Reportaje: Eva Pretell, Olivia Chava, Paola Guzmán, Daniella Regalado, Adriana Torres y Lizeth Zegarra.

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