Julio Ricardo Cusurichi Palacios es un líder Indígena de la Amazonía Peruana perteneciente a la Comunidad Nativa el Pilar y nacido en Madre de Dios. Fue gracias a su constante trabajo de reivindicación ante los derechos de sus hermanos indígenas de la Amazonía Peruana y de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario que llegó a ser el Presidente de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes, tesorero de AIDESEP y ganador de un Premio Ambiental GOLDMAD PRIZE.
Nacido en un territorio enteramente amazónico el cual fue esclavizado y diezmado por los llamados barones del caucho y que años más tarde su integridad fue nuevamente amenazada por taladores ilegales, petroleras transnacionales y mineras, la comunidad de Cusurichi decidió huir al bosque y aislarse voluntariamente del resto del mundo con el fin de poder preservar su cultura y de alejarse de los maltratos a los que habían sido sometidos.
Ante las grandes problemáticas que acechaban a la comunidad de Julio, como la contaminación de los ríos o la quema y tala indiscriminada de árboles, este decidió tomar acciones concretas que pudieran preservar la vida de los pueblos que se encuentran en aislamiento voluntario y a la biodiversidad dentro de estos.
En recompensa por su ardua lucha, el líder indígena, o considerado por muchos, héroe ambiental, Julio Cusurichi, obtuvo el Premio Goldman en el año 2007, un prestigioso galardón que premia a las persona que, aunque se encuentren en un posición de mucha desventaja, triunfan al realizar acciones a favor del patrimonio medioambiental.
Gracias a este premio, Cusurichi realizó una gira de 10 días en la capital de estados unidos junto con otros líderes ecologistas del mundo, en la que dio a conocer la lucha que viven día a día las comunidades indígenas en la Amazonía peruana.
“Es mi responsabilidad defender los derechos de los Pueblos indígenas, especialmente las que se encuentran en aislamiento voluntario que no tengan ninguna voz, y es la gente más vulnerable en el planeta. Necesito informar a los políticos que están tomando las decisiones que afectan a gente indígena, a nivel nacional e internacional, proponiendo alternativas viables.”
Fue en el 2002, que Julio lideró una campaña para que se cree una reserva territorial para las comunidades en aislamiento voluntario y para el territorio de los shipibo-conibo, y de esta manera ponerle fin a la tala indiscriminada de árboles y a la explotación minera de estas zonas.
Con su lucha hizo que el Estado les otorgara 7,688 km² de zonas vírgenes de Amazonía peruana y que entidades internacionales conozcan la situación de estos pueblos vulnerables, haciendo que estas frenaran a las empresas mineras y taladores dentro de este territorio que actualmente es considerado como reserva comunitaria.
La vida de Cusurichi ha estado llena de complicaciones y no ha sido para nada fácil. En muchas ocasiones, dentro de su camino de lucha, este arriesgó su propia vida, llegando a ser víctima de amenazas en reiteradas ocasiones y también de calumnias por parte de los líderes de los sectores que estaban en contra de lo que Cusurichi quería hacer respetar. Sin embargo, Julio siempre se ha mantenido adelante y nunca ha bajado la cabeza manteniéndose firme hasta el día de hoy siendo Asesor Voluntario de las Comunidades Indígenas.